sábado, 15 de mayo de 2021

Si el ojo tuviera ganas

 


Vemos las cosas

como si fueran ajenas.

Una venda suave

oculta, al ojo desganado,

el camino repetido

que va, con el viento,

desde las cosas

a esos, los mismos ojos.

Niebla y rocío

disfrazados de ayeres,

muerden en el talón

eso de mirar y nombrar.

La raíz del verde,

una fila de sombras,

las caras anónimas,

la mano en el hombro,

y las ventanas tapiadas.

Las cosas frente los ojos,

y todo un azul de inmensidad.

Si el ojo tuviera ganas.

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