jueves, 20 de mayo de 2021

Bucolico


 Sobre los corcovos del horizonte,

rompe su lomo una luminosidad

apasionada como una  hoguera

con la fuerza de un corazón rebelde.

En distancia los perros consuelan

el humo herido que deja la noche.

Como flechas sobre el campo, brotan

rasgos del remoto oficio de iluminar.

Los cuerpos resignados de los girasoles

desenvuelven telas de araña y giran

hacia el este con su aliento de libertad.

Libertad encadenada al aire contiguo

del surco, rasguño que siempre somete.

El viento respira en su caja de cristal,

lento, se va eviscerando el hilo terco

de las viejas tristezas, dueñas de la noche.

El aroma sutil de lo silvestre despierta,

y abriga su mentón en torno a mi silencio.



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