domingo, 13 de junio de 2021

Esas paredes

 


¡¡¡Ah!!! esas paredes llenas de apéndices,

que como sigilosos grilletes impedían

que tu cuerpo se minimizara y huyera

del abrazo que te estrujaba y disgregaba

en los elásticos márgenes de las caricias.

Esas paredes impedían la falsa resistencia

de tu avidez por defender lo que entregabas.

Por cauces sin cuidado surgían ansiosos

desmayares de artificio y necesidades.

Yo quería siempre más, y vos… ah… vos,

eternamente dabas el lánguido néctar

con gemidos de selváticos recuerdos.

La más profunda oscuridad o la luz solar

albergaban el  torbellino oscuro que nacía,

crecía y moría, en esas mismas paredes

que supieron condensar el universo.

1 comentario:

  1. Ay!!! paredes! y qué paredes! Bello poema, expresivo y sensual. Buen día frío.

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