lunes, 11 de julio de 2011

Singular

Lo singular
de estarse sentado frente al fuego,
es la incomprensión
de porque emergen caminos a lo añejo,
y a la revelación
de lo que la gente en general oculta.
Crepitan llamas,
la desnuda suavidad de la ternura
nos condena
a que seamos confidentes, profundos,
o sobre el suelo
nos acurruquemos en ese regazo,
donde las cosas
nos saben a ámbar y a pan recién horneado.
Por dentro
deseamos un silencio de caricias y ternura.
y la primera herejía
de volver a saber que como Mujer eres todo.
El deseo irrefrenable
de pensar en ti, estando suavemente en ti.
Crujen leños en la hoguera,
es inevitable el camino de volver a empezar.
Sentémonos frente al fuego.


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