sábado, 9 de julio de 2011

Teatro de ilusiones

En esos cinco renglones
donde me oculto yo,
dándole la espalda al público
ahora que no estás,
existe un monótono cielo
con su propia versión del exilio.
Allí, el peso de la verdad.
no sabe de derrotas o victorias,
ni que larga es la espera.
Si un día apareces transitando
el camino de la ceniza
que te acerque, sin motivo alguno,
(tan sólo como una observadora)
no te llegues con la indiferencia
de los que no van a gusto,
te perderías el concierto marítimo
de ciertas cosas un poco raras
que cobijo en un teatro de ilusiones:
una capucha blanca y un rostro,
una hamaca, nieve y la tarde,
el beso de un alba y una cama
pasto interior, un café doble, y todo
aquello que tengo al no tenerte.
Como verás, no son más que memorias
de uno, que ha vivido equivocado.


Ilustriación:    Benilde Rodriguez

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