Detrás de la mampara,
cual ladrón de sombras,
tu cuerpo al desnudo
es una hoja en blanco.
Tierra fértil que se abre
a los misterios de mi río,
que se vacía en caderas,
dulces y avergonzadas,
en un viaje hacia adentro
de esa isla de un bosque,
en la que me forjo árbol
adherido a tus piernas,
dejando lo mejor de mí
en el placer de asediarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario