Una última estrella
se escurre
en el taxi de una nube en vela,
pájaros y perros cobran vida.
Cede su reclusión el sueño
y le vienen necios despertares.
Ruidosas en su rebelde juego
las calles bullen en torbellino
y transita, con falsa indiferencia
un cielo de azoteas húmedas.
Letárgica despierta la ciudad
con ritmo de letanía erótica.
Se despereza como amante
oculto en los añicos de la noche
En esa normal cotidianidad
ya no hay más albas tristes.
Ilustración: "Homosapien" - Augusto Marín
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