sábado, 24 de octubre de 2015

Cámara lenta

Otoñal semeja la habitación en sombras,
la ruptura eléctrica de tu silueta asoma
en contorno, recortando los rayos de luz.
Derramo la mirada en el reflejo del espejo
y la luna de su círculo, me otorga el gozo
de vislumbrar entera tu naturaleza humana.
Con gracia arropas el lunar de tu cadera,
mostrándome ese otro paraje prohibido,
a dos pasos del final de todo el camino.
Cazador de espejismos te sigo con la vista
en tu coqueto deambular hacia el desvarío.
Hasta que, al fin, tu cabeza se rinde abatida
en ese espacio del que resulta imposible
ahuyentar tu boca y tus manos de la caricias.
En esa música quiero sucumbir eternamente,
en cámara lenta y por caminos invisibles,
y, en ese rojo intenso, deshacedor de lechos,
perseguir el mar intenso que brinda su fortuna.



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