domingo, 4 de octubre de 2015

Cazadora de egos

Esa, a la que llaman loca,
es mi amante itinerante.
Deambula con una rosa roja
entre la noche y la mañana,
como raro ser en luna llena
me regala su grandeza insomne.
Existe simplemente porque existe
en mis diálogos con ella.
Tal vez... sólo tal vez,
sea nada más que un invento mío,
o una cazadora de egos al acecho
que no cesa de acosarme.
Sé que habita el mundo que inventamos,
pero, con eso, ya me alcanza.


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