miércoles, 15 de junio de 2016

Tiempo de pausa


No guardo dentro de mí un paisaje,
apenas un estanque poco profundo.
Pero en ese lugar, dos horas
después del mediodía, se renuevan
los aires viejos y me nace algo así
como una nueva serenata y un viento
fuera de control que brama una alegría secreta
que me borbotea desde la sangre.
Mi corazón se convierte en un tambor
emocional, dramático y anhelante,
se despliega como una bisagra
e inicia una guardia punzante
para aprovechar los tiempos de pausa
que promete la proximidad de una siesta.
Todo latiendo hasta que acabe tu ausencia.
Después se desborda el estanque
y el paisaje se inventa sobre tu fantasma.


Ilustración: "La siesta" o "La meridiana" - V. Van Gogh

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