martes, 16 de agosto de 2016

Neófito


La luna de agosto ha escondido su rostro,
un impetuoso torbellino de nubes se reúne en el cielo,
eleva pequeñas ramas y miles de hojas.
Misterioso soplo de viento sacude árboles solemnes.
Personaje terrible, pero amable,  la naturaleza desencadenada
es la cuna eterna de una  vida enajenada.
En silencio, sigo el temblor de los esfuerzos del viento encima de mí,
en mi ánimo se alientan pequeños truhanes,
mis ojos giran con instinto continuo y mi aliento se eleva
huyendo del corral de palabras.
El fenómeno me supera y solo me siento neófito
de misterios transcendentales.

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