La
verdad llega como huésped incómodo,
se
apoltrona, serena, con su propia ironía,
desnudando
historias de viejos amores.
Las
palabras son memoria y piel, herida
intacta,
inmediata y roja. Arcaicas derrotas.
Vivir es
un destino frágil, un respirar apenas,
sueños
que naufragan en el mar del olvido.
Con prófuga
tristeza que viene y se queda,
hablan
de nosotros, las hojas al caerse.
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