En tu regazo, el viento efímero
juega más allá de las luces.
Con olas lejanas y suaves,
Ligera y mansa, la brisa agita
la piel indolente de tu rostro.
Susurro a media voz mi envidia
y te sonríes de mi gran codicia.
No tiene clemencia el viento.
Juega bajo tus faldas y entibia
el camino que deseo emprender.
Avanza y las frutas maduran
bajo las ropas del verano.
La noche es larga, tengo tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario