Nuestro algo escuálido amor
viene desprovisto de mensajes,
es miembro de paneles ocultos.
Diría que es profeta
de lo inútil
o una incierta reunión escénica.
Nunca está en el lugar apropiado,
ni en las fechas
convenientes.
Aparece como el genio de la tierra,
capricho moldeado como espiral
de carne o queja de
las manos.
Es apenas un estímulo onírico,
muy extraño y nada envidiable.
Habita esa desértica extensión
que llamamos, pomposamente,
nosotros, con memoria particular,
vueltos de espalda y con vacilación.
No somos más que, en ocasiones,
puntuales visitadores enamorados.
En este mundo todavía se puede hablar de amor? aunque este sea escuálido, se puede decir de que existe? Después de un desamor, no da ni ganas hablar de amor. M. N.
ResponderEliminar