sábado, 21 de abril de 2012

Otra batalla



Un abanico de frutos deja el mar en calma
cada vez, que por las noches, salgo de mí,
en tu lecho ajeno, etéreo y con ritmo natural.
Luego lento, camino el carrusel de los perdidos.
Y, sin darme cuenta, paso al olvido sin enigma ni dios.
 A veces, duele el sabor sin escape del tiempo,
pero es demasiado tarde para dar otra batalla.
En la mañana, me encerrará el muro del absurdo,
mientras frases líquidas te vestirán de inocencia
cuando, a la sombra de tu ausencia, armé el deseo
fingiendo que te tengo a ti en mi mano ya vacía.
Un canto de silencios me muestra la estupidez
jugando a las escondidas con la realidad y la razón.
Esos perros que no nos entienden ladran todos,
pero al final, ya no hay corazones rotos.


Ilustración: "El carrusel de la vida" - Ignacio Navarro H.

1 comentario:

  1. "En la mañana me encerrará el muro del absurdo"... donde el absurdo se convierte en lo cotidiano y su contrario sólo se revela en los sueños...

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