sábado, 25 de junio de 2016

Hojas que se pisan

No soy un sonámbulo y menos aun hechicero.
Soy nada más que un pedigüeño de ternuras,
un gran océano de fuego, un aire de misterios,
desbordado, inclusive por todas las ausencias,
que se niega a ser enfurecido por visitantes
que se sorprenden de que no sepa casi nada
de ánforas griegas ni azulejos de Pompeya.
Solo soy un ruido de hojas que se pisan,
un largo viaje por los misterios del cuerpo.
Dueño de mi tiempo, desde el principio al final.
Vivo saltando de rama en rama por casualidad,
no porque me guste o porque lo necesite.
Machacado por las inquisiciones, deambulo
como trascendente sátrapa surrealista.
Desde el fondo de ese antifaz sonrío como un hombre,

ajeno a cualquier distancia y a todo exilio.


3 comentarios:

  1. Simplesmente maravilhada/ encantada com sua escrita! Um grande abraço.

    ResponderEliminar
  2. CERRO AISLADO, Sergio Omar Otero, me gustan tus versos, tienen el calor de la espera, el color de la esperanza. Abrazos. Celia Luz Flores Flores

    ResponderEliminar
  3. Me encantan los versos escritos sobre la hojarasca con tinta de anhelos.

    ResponderEliminar