No me busques, no estaré en ninguna parte.
Ni en una noche profunda ni en la hierba.
Me abro paso entre este mundo inteligible
camino hacia donde las aves vuelan sin cesar.
Aunque me vea en la cama, hecho un ovillo,
estoy viajando sin pensar o solo pensando.
Mi alma camina con sus mágicos ojos abiertos,
transito un verdor que va más allá del horizonte,
una señora de porcelana emana aroma de rosas,
es un delirante amor absurdo viviendo en ese lugar.
No me busques ni antes ni después de ningún día,
esos días que nos llevan de paso por el mundo,
tal vez esté camuflado en una de las últimas sillas.
Profundo y bello - Marga
ResponderEliminarLa poesía tiene algunas particularidades por su esencia artística: nos transporta. Eso sentí, sentida como vos en alguna silla. tal vez última. Reconstruirnos, sanarnos por medio de la escritura, en el cerro de nuestra alma...
ResponderEliminarComparto algo contigo:
en cada bocacalle/ nace tu cuello/ y guerrean las cabalgaduras/ los patrimonios/ los llantos/ hay tanto latifundio/ tanto Juan Sin Tierra/ con tierras robadas/ que la promesa de mi sangre/ de tu sangre/ está en manos de mercaderes/ que separan lo que está unido/ y te vas/ y me quedo/ y quince horas/ y mis manos...
Hermoso! felicitaciones!
ResponderEliminarLa compulsiva soledad del poeta, coloca en sus ensueños una vagabunda vestidura llena de zozobras y se abandona, en su propio mundo inteligible, a su soledad para dar nacimiento a su búsqueda y desear encontrarse en dónde nunca estuvo.
ResponderEliminarBreve pero muy bello. Felicitaciones.