Lloré una pequeña parte de mí,
caos desechable que escondía
en el fondo, detrás del espejo.
Pequeños seres de papel maché
ensamblados por hilos de plata.
Simples cosas que ahora decidieron
que ya es tiempo de estar solas.
Hay momentos en que me siento hurgador de letras muertas, alquimista de consonantes, carpintero de vocales, constructor de palabras sueltas que solas se arman en papel. Y hay momentos en que solo me veo equilibrista de mis pensamientos, sin poder volcar en la pluma frase alguna que refleje la tumultuosa volatilidad de mis alocados sentimientos. Y hay momentos en que me basta pronunciar por lo bajo tu nombre,para saberme vivo. Entero
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