Ahora
nadie más amanece
entre
caracolas y mariposas,
poblados
de acústicos brebajes
todos
vienen ya amanecidos.
Duermen
a la luna de reojo,
el
descanso es un habitual delirio,
el
cielo y el infierno son excesos.
Ya
no existe la contemplación del alba,
ni
las musas que traen las gotas de rocío.
La
vida inversa es una triste esquina
entregada
a la captura de la nada.
Todo
es posible, aun la muerte prematura,
en
esas horas aplanadas de canjes impensados.
Locura,
ira, decadencia y desenfreno
en
la búsqueda de un cambio que no cambia.
Seres
irascibles de escasa convicción
forjan
sórdidas quimeras de locura.
El
hombre lobo del hombre es el único hacedor
de
sus propios lamentos.
Ilustración: "Melancolía" - Edvard Munch
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