domingo, 3 de julio de 2016

Nómada

Murmuro universos sonoros que encierran tu nombre,
veo otros ojos y solo parecen halos pálidos de farolas.
Observo otros cuerpos, y se derrumban vertiginosos
si el tuyo se atreve a infiltrarse, intermitente, en mi mente.
En mis momentos, solo tu voz me canturrea al tímpano,
si hablo, las palabras pronunciadas están mojadas de ti.
Nómada, con mi voz a cuestas, no oso pronunciar tu nombre
para no caer en la embriaguez que prometen tus caderas.
Tu aroma, que siempre ha perseguido mis pasos, sobrevive
a todas las distancias y los vientos y presuroso me atrapa,
en esta manía de querer perderte en el silencio. y no lograrlo.


2 comentarios:

  1. Qué maravilloso poema calando en lo más hondo del corazón.
    Su melancólico eco en la dosis justa.

    Mil besitos.

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