viernes, 22 de julio de 2016

Defensa propia


Lo despierta una salva de caricias
atronando de pasión a los sentidos
enredándolo en un difícil acertijo
¿Está despierto o solo es un sueño?
La duda fue solo de un momento,
suaves sonidos siguieron al reclamo
con efusivas rutinas de maravillas.
Imperceptibles, en la oscuridad,
cinco espadas acosaron al vigía
exigiendo que, con su mejor talante,
continuara el juego que se le proponía.
Presto acudió donde priman los delirios
a salvar su honor en defensa propia.

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