Al juglar,
en su sueño preferido,
le gustaría
ser siempre fiel
al tesoro
desvelado del alba.
Ese casi
imposible amor
que en cada
día le brinda
una segunda
oportunidad.
Pero
su corazón sigue el vuelo
de las
diosas de los jardines
regando
flores de seducción.
Sus
cicatrices son atajos
que
ayer dejaron otros labios,
para
cuando ya,
nada quede.
Tal vez un día cualquiera,
asome sobre
todos los rostros,
efímero y
loco de amor,
abandone sus
juegos prohibidos.
Quedándose
en la fidelidad
de lo ya
conocido. Tal vez.
Tal vez una diosa de un jardín te espera siempre en su página, tal vez las cicatrices se cierren y quede solo el amor...Bellas letras y mi esperanza de tu pluma en el grupo de poetas...besos...Any
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