He estado viajando una vida circular,
donde cubrí
de raspones todo vacío.
La última
vez, una carta, una luz
y una
decisión bastante insegura,
vaticino
fugazmente mi último juego,
donde
espejismos pintaban oasis
que
esperaba sentado en la orilla
de
un océano calmo de madreperlas.
Por
estar atestado de todos los prejuicios,
me
fue terminantemente
prohibido
abandonar
regiones de insomnio.
Podría haber
sido mucho peor.
Tener un
castigo de incomunicación
o una larga
noche de iniciación.
Aún llueve
en aquella famosa esquina
dónde
estaba como alguien sin mente,
pero ahora
ya no viajo juntando rasguños.
Infinitamente bello y magistral poema. Rico en imágenes y metáforas.Un abrazo.
ResponderEliminar