Algo tuyo se
me metió en el tiempo
en presente
de primera persona
y sin pedir
permisos imposibles.
Con
ansias de quedarse aferrado,
se
arropó en tímidos silencios
en
cualquier lugar de mi cuerpo.
Legado
de una furtiva mirada,
en
ocasiones, se surge en danza
cuando la
noche se hace trino.
Transeúnte
de la melancolía,
susurra
hechizos sin respuestas,
fluye
descubriendo mis designios,
y en
elíptico viaje me lleva a tus ojos.
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