Un
fastidioso silencio me invadió, mujer.
La realidad,
hábil tejedora de sueños,
explotó
la mentira del
olvido en mis manos.
Una maraña de
dunas pobló largas noches,
en las
esquinas, la agonizante sensación
de ideas
fugadas, se vistió de invierno.
La anhelante
fragilidad del frío nocturno,
fundaba un
nuevo país del sufrimiento.
Puntos de
partida, en la página en blanco,
como mariposas
de un prometido resurgir,
determinaron
un nuevo camino de vida,
con la
posibilidad de amar a un ángel.
Crucé el
puente entre el amor y la amistad
y se
disiparon, bajo la luna, los días grises,
en un verde
esperanza que todo lo inunda,
en cada
momento en que te pienso.
Ilustración: "El puente de charing cross" - Claude Monet
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