Mi insólito
pensamiento no es silencio,
es insomnio,
una paradoja de espera.
Una
estación para soñar, mi propio preso,
es
mi maestro y mi adecuada sala azul.
Mi
pensamiento frecuenta estar de viaje
los días
que no encuentro atrevimiento,
o se
suspende en alguna esquina añorando
vaya
uno a saber qué cosas o ausencias.
Suele
pasar muchas noches en vela,
con
el corazón cargado de sentimientos.
En
oportunidades, toma decisiones alocadas
y
con entusiasmo corre tras de ti,
deseando
volver a encontrarte cerca,
para
dejar de pensar y ser palabra y mirada
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