Hay
dos muertos
en
dos tumbas,
entre
ellos,
un
pueblo.
Hacia
las doce, ella.
El, sobre
las seis.
En
medio,
solitario,
un
callado salmo.
Las
piedras unen
la ruta
mortuoria,
bajo
el ala fugaz
del
atardecer.
Antes
de ti,
señera
Muerte,
la
senda llevaba
el
amor de dos.
QUIZÁS DEBIERON ESTAR EN EL MISMO HUECO ABRIGADOS EN EL ABRAZO DE LA TIERRA CALIENTE POR EL BESO SOLAR
ResponderEliminarBELLO Y TRISTE COMO TODO LO Q TOCA LA MUERTE