lunes, 16 de marzo de 2020

Dispersos bajo la luna

Un melancólico perfume,
incierto de realidad o sueño,
atrapa en intacta desnudez
la orfandad de la sangre
en lo capilar del alba.
Anoche fue un mismo sueño.
El paraíso se confinó
al misterio de tu vientre.
No aprehendí a ser puro
hasta que, desvelado en lo fino
de tu frente de mujer dormida,
las yemas de mis dedos
despertaron el suave paisaje
y la música de tu cuerpo.
Dispersos bajo la luna
cantábamos y gemíamos
al misterio más liviano,
gastando el tiempo
en sentir lo que sentíamos.



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