martes, 17 de marzo de 2020

Pálida y despeinada


Prohibición carnal
este ámbar
que se alberga en mis dedos.
Tu contacto final
lo dejó cuando tus deseos
solo fueron tibios ecos
(cascabel del desahogo).
Ese ámbar aún guarda
la nostalgia de su origen.
Se estremece en lo vivido,
forma enigmas,
reptando, caprichoso
entre mis yemas,
y se rompe con olor de hojas.
Mientras tú,
pálida y despeinada,
atraviesas la noche.

1 comentario:

  1. Nostalgias que no mueren, reptan entre hojas verdes olor a lluvia. Bonito poema.

    ResponderEliminar