Como loco enamorado,
el viento sigue a la bailarina
sobre el tejado.
Ella gira,
en un perpetuo desdén,
negándose
a ser doncella hecha realidad.
Con obsesión,
el talla su fantasía erótica,
más la dama,
en incansable vuelo vital,
como una hoja
en voluble desconcierto,
a sus caricias
es presencia y ausencia.
Y así, por siglos,
se están.
Ilustración: "Pies de bailarina" - Reyan
No se puede estar presente sin esa ausencia necesaria que da paso a la danza, el vuelo y el pensamiento. Siglos estelares que dejan caer a la bailarina sobre los sentimientos de su partenaire...Any
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