lunes, 11 de junio de 2012

Indeleble inocencia


Hace tiempo ya, un viejo ardor interno,
como una mala palabra ahogada en silencio,
huye al otro lado de toda adversa realidad.
Lerdo, conciencia delirante de la ansiedad,
se escabulle, de una vez por todas partes,
con la impotencia espectral de una pesadilla.
Furtivo desgarro de una lejana sospecha,
etérea perdición de castas incoherencias,
toma el camino más oscuro a la nada,
y se sumerge, cercano y distante a la vez,
en la  indeleble inocencia de los dormidos.
Escondido, y harto de encontrar una razón
a su amarga noche de adquirida depresión,
nace y muere en torpe juego de sombras
en ese azul de plata contenido en tu breve mirada.
Ante la fuga de las horas, solo es uncido ermitaño.

Ilustración: "El Ermitaño" - Silvina Wernicke


1 comentario:

  1. Llegar a tu blog y leer poesía me ha conmovido mucho. Tienes una forma unica en la palabra como figura del alma y en este poema, herido, dolido logras pegarlo en mi corazón.
    Regresaré.

    Un beso.

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