Nunca
supe lo perdido.
Tal
vez, diríamos que no,
que
no hubo pérdidas.
Ciertas
extrañas noches,
fuimos
uno en la nada.
A
veces, en la felicidad,
también
sé puede llorar.
Hay momentos en que me siento hurgador de letras muertas, alquimista de consonantes, carpintero de vocales, constructor de palabras sueltas que solas se arman en papel. Y hay momentos en que solo me veo equilibrista de mis pensamientos, sin poder volcar en la pluma frase alguna que refleje la tumultuosa volatilidad de mis alocados sentimientos. Y hay momentos en que me basta pronunciar por lo bajo tu nombre,para saberme vivo. Entero
Bello, muy bello Seroma
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