Viajero en una vitrina,
viendo
llover en abril,
su vigilia
se distraía
tocando
un verde violín,
vertiendo
variedades
en
un vaso vecino.
El
velo de una ventana,
le
ponía voz de volcán
a su
vejez de vino.
Su
vaga evocación
era
un vaivén de vainilla
varada
en la vereda,
Valerosamente
abordado,
vivía
válidamente vivo
veraneando
vanguardias
vencidas
por la envidia.
El
vapor veraniego
evapora
su versatilidad,
vacía
y vagabunda,
en
una valija vacante,
donde
su verborrea
se
valora en párvulas
divisas
apenas visibles.
GENIAL VARIACION POETA...ME ENCANTÓ
ResponderEliminar