Las lágrimas
no caen desde el piano.
Aunque
hay algunas contradicciones,
no
hay lágrimas. Definitivamente no.
Otras
canciones, de madrugada, laten
sonrisas
en todas las insinuaciones.
La
sedición de un binomio conjugado
cae
sobre la alfombra y allí, retozan
palabras
caminando en la infidelidad.
A la
hora de la inspiración, se suspira
en inmediatas
devociones amarillas.
En una
certeza de leche tibia, se abrigan
flexibles abandonos antes del mañana.
El
piano continúa vegetando en soledad.
Vuelve
a abrir los ojos. No mientas más.
la inspiración sortea espacios y silencios infinitos y nosotros solo podemos esperar...
ResponderEliminarbuen fin de semana