Un
fantasma inicia su vuelo nocturno
en
una pequeña cesta de residuos.
Surgiendo
de un podio irregular, grita
su agenda para un mundo ordinario,
las voces escandalizan en los pasillos.
Tirando breves invitaciones ineludibles
espera sembrar decepciones y temores,
pensando
en cosechar entre la insania,
pesadillas de sueños y remordimientos.
Los espíritus débiles evitan su haceres,
paralizados por el visitante de la
noche.
Sin hallarlo, le proveen conversaciones
en un insubstancial intento de atraerse
sus supuestos buenos oficios de hoy,
y temerosos de que ansias vengativas
derramen
maleficios por toda una vida.
El maldito aparecido sobrevuela presto,
cabelleras, rincones oscuros y esferas,
hasta que el estrés de la muerte lo ataja,
dejando sobre el piso solo un murciélago.
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