sábado, 26 de noviembre de 2016

Instante infinito

De pronto un loco multiplica ventanas,
devora un piano y le parece desabrido.
La aurora se extiende espumando en violeta,
el rumor de las rosas ayuna el hueso de las voces.
Cantan, en ese desespero alucinante, los mirlos
y la noche se ensancha en tu cuerpo de vino.
Qué amargo sabor dulce beben mis nervios
de los ríos que extraños te transitan entera.
¿Cuántas bocas olvidaron esa última gota
que hoy inunda todas las partes de mí?
Detenida en mí garganta me pertenece,
como pertenecen las velas al sutil viento
y no al velero que por ellas en la mar se empuja.
¿Cuántas veces te amaron desnuda y sin pétalos?
¿Dónde caben mis ojos cuando te pruebo?
Exactamente aquí, justo en esa aureola rosácea
dónde estoy yo más toda la otra mitad de mí.
Puedo ser simiente en este deseo incierto,
puedo ser instante infinito o raíces profundas,
y solo multiplico ventanas junto al desabrido piano
en el que hierve una fatalidad recostada.


Ilustración: "Instante infinito" - Guillermo Patricio Henríquez Gonzlez (Guillermomagno)

1 comentario:

  1. Cuántas preguntas! Las respuestas podrían estar en esa simiente, en el instante infinito o en las raíces profundas. Bonito poema.

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