Si te busco
en la luna del espejo,
transitando
con la lluvia en la ciudad,
sobrenado
paisajes desmerecidos
por
jocosas carcajadas
pasajeras.
Quisiera
dormir mis mil formas de ti,
llevar mi Atlántico
a la joya de tu Pacífico,
crear
la imagen manufacturada
de
un hombre especial solo para ti,
y, con los ojos
bien cerrados, realizar
la práctica
del ascenso consciente
hacia ese
ideal al que sólo se atina una vez.
Y punto.
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