miércoles, 13 de abril de 2016

Fango de emociones

Inconsciente, atrapado por lo prohibido
en su traje de hombre sincero, ahí va,
santísimo socavón de ocultos placeres,
antojado de acariciar una piel desleal,
hundirse en un fondo de carcajadas
que satisfagan de una vez sus desvelos.
Pero su traje, como un primor lingüístico,
adormece sus despertares libertinos.
Dualidades como el abrazo de una sombra
lo postran en una fuga de oscuro silencio.
Fiebre y rabia son los sacramentos diarios
con que trata de abolir sus desdoblamientos,
esos dolores que no cesan y lo ciegan,
en un inevitable juego cruel de seducción
que lo arrastra a los anhelos clandestinos
donde pierde el traje mientras se hunde
en el fango de falsificadas emociones.



1 comentario:

  1. Precioso poema. Una línea me hizo reflexionar: "en el fango de emociones falsificadas" ¿existen emociones falsificadas? En mi opinión muy personal, las emociones son por demás elocuentes y denotan sentimientos.

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