Ensangrentado, el sol se muestra antes de partir.
Déjà
vu del día antecesor de cualquier
otro día,
aterrador anticipo de un antes y un después diario.
A treinta pasos del camino al horizonte, suspende
su repetido vuelo dorsal tiñendo de escarlata
el paso del tiempo. Casi un fragmento de vida.
Desesperada la tarde ancestral lo va pujando
con sanguinolenta indiferencia de amante despechada,
quedan en el aire esas cosas que no se dicen,
aleteando desinteresadas como nubes de purpurina.
Culpables impunes de su permanente desplome,
cual fantasmales gaviotas las sombras se anidan,
despertando de su sopor a la noche que se esparce
en un exceso de noctámbula expresión.
Quisiera escribir un poema, pero mis lagrimas no dejan fluir el tintero.
ResponderEliminarMi corazón está hecho trizas junto al espejo.
Yo quería amarlo tanto para recibir otro tanto.
Y sólo desprecio obtuve.
Poeta, puedes darle una razón a este dolor y construir un poema por mí, así este dolor tendrá algún sentido.
Gracias