domingo, 6 de enero de 2019

El señor y la señora fulano de tal


Un olor difuso, a encuentro furtivo,
hecho de desencuentros y monotonía,
mantiene la desenvoltura que cosquillea
la adrenalina de lo apenas permitido.
Como quien viene de soledades,
borrando la noche sin ningún volumen,
sólo se dispone de los cuerpos
por un par de horas, en el espesor
que brinda la pausa de la oculta coincidencia.
Por instantes son un “nosotros”,
en las largas y tortuosas cenizas de lo perdido.
Plenitud de sombras bajo una luz vencida,
zarpazo tímido de amantes, que se consume
en la pequeñez de la frágil hora.
Después, aprisionar los cuerpos nuevamente;
las dispersas vestiduras, antes arrancadas,
se ciñen otra vez a los formales cuerpos.
Sin una palabra, sin fantasmas, sin memorias
y salir a la insobornable realidad
de ser el señor y la señora fulano de tal.

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