sábado, 5 de enero de 2019

Justos e inapropiados


Eres un aire fresco de carne y hueso,
con cabellos que son manchas en el vacío,
una plaza blanca donde el carnaval
golpea, golpea y golpea perpetuo e incansable
con la gallardía de una raíz danzante.
Yo bebo y canto, grosero y macizo. Terco.
A tu paso las flores se inauguran
con plumajes de estrellas y lenguas de sueño.
Un abecedario de canciones
se columpia, orondo, en la desnudez de tus senos,
mientras, un aviso pequeño
pende del cordelito perdido en la lujuria de tus muslos.
Ojos avaros ruedan sedientos
sobre tu piel que revolotea el desabrigo de un abanico.
Olas enormes agitan la plaza blanca,
sonríen tus labios al infinito del candente infierno
de los deseos justos e inapropiados.

1 comentario:

  1. Versos que pasean al lector por una paisaje de emociones inesperadas y ardientes.
    Gracias por compartirlos.

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