Regresó cuando llovía, puntualmente.
Comenzó a desvestirse a oscuras, lento.
“Desnuda y sin historias vengo”, dijo,
“solo salí para volver amando” concluyó.
Después guardó silencio y sus secretos.
Hay momentos en que me siento hurgador de letras muertas, alquimista de consonantes, carpintero de vocales, constructor de palabras sueltas que solas se arman en papel. Y hay momentos en que solo me veo equilibrista de mis pensamientos, sin poder volcar en la pluma frase alguna que refleje la tumultuosa volatilidad de mis alocados sentimientos. Y hay momentos en que me basta pronunciar por lo bajo tu nombre,para saberme vivo. Entero
Bello y enigmático mini.
ResponderEliminarHola. Me gustó el nombre del blog y entré. Estuve merodeando y me gustó tu poética.
Volveré, si me permitas. Abrazo poético