jueves, 10 de enero de 2019

Mis horas


Me siento cómodo en este inútil desorden
que son mis horas, esas joyas opacas
que pasan por la carne quitando abrazos.
Yo, que quise habitar las ultimas estrellas,
conocí la noche en incendios de la nada
y sigo vivo en el calmo sudor de la siesta.
La lluvia me trae cosas que se guardan
solas tras los espejos, puro polvo, insectos,
y la cotidiana historia de estarme viviendo.
Aun convertido en cenizas, sé que estoy vivo.
Al desnudarme descubro sabias cicatrices
y tu imagen llevando su vaga manifestación
hacia la invasión del olvido. Inevitable
fuga en la que te me vas y permanezco solo,
en este inútil desorden que son mis horas.

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