Con
cumbres nevadas,
bordeando la
piel
con aguas en
brumas,
y apacibles
lugares
con cuencas
de ámbar.
Valles de algodón,
ignotos
caminos perdidos
que lleven a
tierras ocultas,
bosques con
gnomos
y
abismos en los que explorar
lluviosos afanes.
Que existan
selvas límpidas
y
mares con nombres
de
furias y arrullos,
que
esconda tardes de abril,
pequeños
silencios
asomados
a barrancos de luz.
Haz
ese mapa,
y yo me
transformaré
en
explorador de sus contornos,
avanzando
con suavidad
por sus
llanos, laderas y valles,
rastreando
secretos pasajes
que me
acerquen al continente
de tu
corazón.