En
ocasiones, escribo letras impronunciables.
Algunas
noches, ambiguo, volcando deseos,
me
percibo mansa ola lejos de los arrecifes,
inmediato
velero de un sendero sin camino,
en
un inmenso e incauto mar que nunca ganare.
Tal
vez, parezca un lugar de sueños perdidos,
en
el que deba terminar de suprimir ilusiones,
reemplazarlas
por alamedas, pobladas con miles
de artistas
callejeros bajo una gota de rocío.
Un
par de preguntas y una simple ventana, bastan
para
crear un teatro donde toda tu piel convoca,
con murmullos
que sutilmente me regalan que existo.
Y, naturista
de tus besos, me extingo en un instante.
Hay ocasiones en que nos sentimos extraviados en verbo activo y pasivo pero basta una ventanilla abierta para que el sol nos asalte y nos diga que existimos.
ResponderEliminarBello poema existencialista que nos toca íntimamente.
Me encanta leerte.
Abrazos y buenas noches.