
Con la
sorpresa en sus huesos,
y dos acordes
para un corazón,
insólito,
inició su noche absurda,
esperando
fragmentar el hastío
con colores
que nunca se unen.
Dibujó garabatos en su almohada,
una idea completamente desnuda,
y la corpulencia de una marioneta.
Aguardó en el costado del sendero
que va por los pliegues de su cama,
secuelas de un error bien cometido,
volviendo a decir basta a sus miedos.
intolerante de sus propias pesadillas,
proyectó azabaches pupilas solitarias
en una pared de azúcar y tormentas,
para verse fatídicamente hechizado.
Se acostó ciñendo su huraña afrenta
y se marcho por un viaje de evasiones .
El disfraz de Arlequín amaneció escarlata
y estancados los relojes de la muerte.
Ilustración: "Desnudo" - Marc Chagall