martes, 3 de marzo de 2015

Debe y Haber

De ella, solo heredó el olvido
en la esquina de una noche.
Con beneficio de inventario,
aceptó bebiendo en un bar.
Canceladas todas las deudas
vaciando monedas en copas,
hizo las cuentas de lo recibido,
(la almohada todavía perfumada)
y las pasivos que había dejado
(un ancho vacío en las sábanas).
Su debe y haber, quedo saldado.

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