lunes, 18 de abril de 2016

Nave y hombre


Tiende a agrandarse en su fiereza,
camino sinuoso de aguas inquietas.
Brama, ruge, se eleva, se inventa,
cordilleras salobres de espuma agita.
Pequeño en la inmensidad de la mar,
desgarradas sus firmes arboladuras,
las jarcias muertas toleran el esfuerzo.
La nao de huesos perfectos soporta,
estoica y heroica, el marino vendaval.
La cubre el agua en breve ausencia,
escorada, en su amor propio se yergue,
no deja de latir su corazón de batel.
Aún destruidos los destinos de la brújula,
en el umbral del abismo más profundo,
encuentra coraje para buscar su revancha.
No mengua la tormenta ni los vientos fuertes
y lejana se encuentra la tierra ansiada,
pero del propio vendaval sacará pujanza
para sobrevivir las tropelías del destino.
Si fuera humano mil veces se levantaría
de las más de mil que de seguro caería.
Nave y hombre tienen un destino común,
aguantar borrascas y sobrevivir al intento.


Ilustración: "s/t" . Mayra A. Otero

1 comentario:

  1. "Lejana se encuentra la ansiada tierra"... Lo importante es aguantar y sobrevivir. Me gustó. M
    N.

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