Es el cuerpo de la
mujer
como una fruta prohibida.
Difícil mantener el equilibrio
y no caer en la tentación.
El paraíso es el premio
si acertamos la elección.
Una puerta bajo siete llaves
si solo hay equivocación.
Hay momentos en que me siento hurgador de letras muertas, alquimista de consonantes, carpintero de vocales, constructor de palabras sueltas que solas se arman en papel. Y hay momentos en que solo me veo equilibrista de mis pensamientos, sin poder volcar en la pluma frase alguna que refleje la tumultuosa volatilidad de mis alocados sentimientos. Y hay momentos en que me basta pronunciar por lo bajo tu nombre,para saberme vivo. Entero
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