Como si yo no existiera,
el roble ensancha su copa,
la noche dobla estrellas,
el río corre desconocido,
el cuervo anida en el bosque,
y un caracol se cobija en una flor.
Todo como si yo no existiera.
Cosas difíciles se hacen fáciles,
hasta esto de extrañar extrañarte.
Pero sé que es solo por hoy;
mañana, al despertar, o más tarde,
a la infaltable hora del té,
volveré a querer saber de ti.
Pero todo ha de seguir siendo
como si yo no existiera.
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